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Espacio Ciudadano: «En familia podemos ayudar»

3 rescates: una familia

Historia envíada por: Protisimo Acosta García

La verdad mi familia siempre ha querido a los animales y desde chiquito me inculcaron a respetarlos. Así que el primer perrito que conseguimos fue Seiya, que lo compramos a un señor en el metro a 50 pesos, era el último que tenía y la verdad sentimos feo de que le pasaría si nadie lo compraba al finalizar el día. Ya tiene 8 años y es muy gruñón y ladra por todo pero aún así lo amamos.

Pasado el tiempo, mientras íbamos en el coche en una noche lluviosa nos dimos cuenta que había algo caminando por la orilla de un puente, frenamos el coche y nos dimos cuenta que era una perrita, frenamos otros coches hasta que la pudimos agarrar, la verdad estaba muy mal y yo no la quería ver porque me rompía el corazón, pero me enamoré de ella y le pusimos Blanca, tenía tantas ganas de vivir que superó la infección en el útero, los tumores en las mamas, los hongos y la cadera lastimada.

Muchas veces me pregunté que tanto sufrió, pues siempre comía como si no supiera cuando sería la próxima vez que comería. Me daba tristeza que ese hábito nunca se le quitó. También agachaba la cabeza cuando la queríamos acariciar, como si le fuéramos a golpear. Pero con el tiempo mucho de sus miedos desaparecieron, aprendió a ir al patio a hacer del baño, y a no robarnos la comida de la mano.

Vivió con nosotros 2 años y era mi sombra hasta que su cuerpecito no aguantó mas y la tuvimos que dormir , Seiya y yo la extrañamos muchísimo.

Pero el destino sabía que no podíamos estar sin un compañero para Seiya así que en nuestro camino por Iztapalapa encontramos un perrito chiquito refugiado en un tronco hueco. La señora que vivía enfrente nos dijo “lleva ahí una semana” indignados recogimos al pobre perrito que tenía la pata colgando, le llamamos al veterinario a las 11 de la noche y le dijimos que nos ayudara y el con gusto lo hizo. Por desgracia no le pudo salvar la pata pues ya estaba toda infectada y hasta muerta, pero aún así al cavo de unas semanas ya estaba feliz con sus 3 patitas, ahora corre más rápido que seiya y es muy jugueton puesto que sólo tiene 2 años, de los cuales 1 año y medio los ha pasado con esta familia .

Ocelot también tenía muchos traumas, se levantaba asustado y lanzando una mordida, pero luego veía que estaba a salvo y se calmaba. También se asustaba cuando lo queríamos acariciar o cargar pero por suerte ya no tiene nada de esos miedos y es un perro feliz.

Y esa es mi historia y la de mi familia, que tratamos de ayudar a los que podamos aunque sean pocos, también hemos dado hogar temporal y encontrado familias para otros perritos.

Categorías: Sensibilización
  1. manuel mendoza de la cruz
    May 2, 2010 a las 6:12 pm

    !hola¡, un vecino el dia de hoy domingo 2 de mayo amenazo con envenenar a mis 2 perros. Me gustaria saber si existe una ley para sancionar a esta persona si llegara a actuar del modo que dijo.
    GRACIAS.

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